lunes, 19 de octubre de 2009

FLOTADA RIO DULCE EN ATLANTIKAYAK´S

Ya la noche anterior no pude dormir, a pesar de estar tranquilo, el hecho de conocer un rio del que tanto me habían hablado, y además de eso hacerlo sobre un kayak en una flotada de 15 kms, hacían que mi mente vuele, y no pare un minuto de pensar, que llevar, que hacer, y sobre todo como hacerlo.

Para todas estas preguntas, tuve la suerte, de que quien me contratara, tenía todas las respuestas, Horacio, mi compañero en este loco viaje, un conocedor del Dulce, y apasionado por la pesca con mosca seria quien puso tranquilidad y todo su conocimiento para que la flotada saliera como pensábamos.

Mientras viajábamos hacia Loreto desde Córdoba capital, Horacio me ponía al tanto de cómo seria nuestro, dia y medio de pesca, además de ir conociéndonos mate de por medio. Lo planeado era llegar el jueves a la siesta a Loreto y vadear el rio, calentar el brazo y ponerse al tanto con este bello rio, para ver que tal estaba. Al día siguiente Lorenzo un lugareño nos depositaria en Sumamao, una localidad al norte de Loreto desde donde emprenderíamos la flotada, que comprende unos 15 km. rio abajo.

Ya que no soy bueno en la pesca con mosca, el equipo que llevaba era de spinning, y tuve la dicha de que mi compañero me preste una caña de mosca y poder, en realidad intentar, lanzar las hermosas moscas que ata Horacio.

Al llegar a Loreto, se denotaba la ansiedad de llegar al rio, y ahí es donde nos depositamos directamente. El lugar elegido, La Pirucha, unos km arriba del puente de que cruza el Rio Dulce en dicha localidad. La temperatura era de unos 25° a 27° y el rio se encontraba muy bajo, es mas Horacio me comentaba que es la vez que mas bajo lo vio. No tardamos en ataviarnos y al rio.





Siguiendo los pasos de mi “instructor” titulo que logro gracias a mi, ya que con toda la onda del mundo, además de paciencia, Horacio me fue guiando para poder lanzar la mosca, que lamentablemente casi siempre quedaba a 30 cm del lugar que debiera haber caído, y como bien saben los que pescan este rio, “si no la pones contra el palo”…difícil que salga algún cabezón. Y no fui la excepción, ya que ni un toque pude tener. Puedo asegurar que fue lo de menos porque el hecho de estar ahí, observar el inmenso rio, la belleza de las costas, la cantidad innumerable de pájaros y lo bien que hacia el trabajo mi compañero, bastaban ya para que mente y corazón estuvieran mas que felices. Por momentos me detenía a observar como Horacio con gran ductilidad colocaba con precisión la mosca en donde algunos pensarían que seria imposible…




Varios toque sin poder clavar hasta que se por fin pude observar a mi compañero pinchar un doradillo y traerlo hasta sus manos, la felicidad nos colmo. Fotos y al agua y a seguir intentando. Mi brazo ya denotaba el desconocimiento en la técnica de castear, por momentos me dedicaba solamente a observar. La tarde ya caía asi que tranquilos nos dirigimos hacia la costa. Charla de por medio tomando un jugo y comiendo algo nos quedamos a mirar como se venia la noche, ya con las expectativas puestas el el gran dia de flotada.

6:45 del viernes ya estábamos aprontándonos, nos esperaba afuera del hotel Lorenzo, junto a el partimos hacia Sumamao, mates y charla de por medio llegamos al rio. Un hermoso arenal fue la primera vista que tuve al llegar. Bajamos el Atlantikayak´s K2 y comenzamos a equiparnos y ver que llevábamos, porque si bien el trayecto no era muy largo, sabíamos que pasaríamos todo el dia en el agua, asi que cargamos bebida y comida como para todo el dia, y los equipos.



La salida no fue de lo mas auspiciosa, ya que al partir y por falta de experiencia de ambos el movimiento del kayak al sentarnos hizo que Horacio realice una moniobra brusca y con la maldita suerte de que apoyara su mano derecha en el agua, y se quebrara su caña. Aca es donde hago un párrafo aparte para decir que mi compañero de viaje a pesar de estar ansioso por pescar demostró que una caña (de gran valor) no empaño en lo mas mínimo su pesca, y con total naturalidad tomo un equipo n°6 que traía como muleto y pesco como si en la mano tuviese la mejor caña del mundo. Debo confesar que no fue mi caso, tuve que hacer varios km hasta que los nervios se calmaran.

Me ayudo mi trabajo de remero ya que mientras Horacio, sentado de costado sobre el kayak, iba casteando, yo me encargaba de llevar lo mas paralelo que podía a la costa el kayak. Nos costó unos kms hasta que ambos coordinamos nuestras tareas. A los pocos metros de salir Horacio clava el primero del dia, un pequeño doradillo, que tomo una mosca negra, y que rápidamente acercamos al kayak. Esto prometía un gran dia.




No deje de sorprenderme a cada momento, flamencos, charatas, gallinetas, cardenales, y tantas otras especies de aves que aparecían a cada momento, además de la intensa actividad en el agua, donde los sábalos no para un segundo, y ni hablar de cuando se ven corridos por algún tigre del rio.

La mañana tomaba temperatura, y cada lugar que transitábamos, era mejor que el anterior. El rio bajo y el agua clara, hacían difícil nuestro trabajo, estaba muy remiso en tomar los engaños el dorado, asi que nos exigió al máximo. Por momento descendíamos del kayak y vadeábamos la zona, ya que había lugar para acceder mejor a pie. Sin dudas que realizar este trayecto en un kayak da innumerables posibilidades.

Nuevamente Horacio clava otro dorado, este ya de mejor porte. Yo comencé a intentar con mis equipos de spinning, y a los minuto de estar lanzando con un minnow de Rapala pude sentir esa sensación “única” que solo los pescadores sentimos cuando un pez toma nuestro señuelo. Y que hermoso que es cuando el pez es un dorado…

Decidimos detenernos en otra zona del rio también a vadear y pude sacar un doradillo esta vez de mejor tamaño y con carnada, otra modalidad que realice. El pique se dio como a 40 mts de mi caña asi que pude tener una hermosa pelea. No se dejo fotografiar ya que la cámara la tenia yo y mientras realizábamos el ritual para la foto, puf y al agua.

Seguimos tranquilos rio abajo, ya éramos un equipo, podía ponerle el kayak a Horacio a 45° para que sus casteos sean mejores, y si que lo eran, pero los piques no eran firmes.

El rio nos mostraba sus mejores caras, ya que siempre pensábamos estar en el mejor pozo, pero por delante venia siempre uno mejor. A 2 km de nuestro punto de llegada, en una hermosa corredera, Horacio me propone que caminemos el rio, la zona tenia mucha actividad, a los minutos de comenzar a probar escucho el grito, y veo la caña de Horacio doblada, como pocas veces la había visto, era un hermoso dorado de unos 5 kg, que le dio una hermosa pelea. Fotos, abrazos, y una inmensa alegría por la pieza cobrada.



Ya sabiendo que no era mucha la distancia hasta nuestro punto de llegada, nuestro transitar era mucho mas lento, probamos en distintos lugares mas, yo volvi a tener piques con carnada, pero me fue difícil clavarlos.

A pocos metros de llegar ya divisábamos en la costa a nuestro chofer esperándonos, la tarde caia, y una experiencia inolvidable iba concluyendo.

Quiero dejar un inmenso agradecimiento a nuestro amigo y quien me contratara Horacio Heinz, porque para que una salida sea realmente completa, sin lugar a dudas debe ser en armonía tanto con el compañero como con el medio ambiente.